jueves, 26 de febrero de 2015

Carta del olvido.

Escrito por: Demian Guerrero.

Carta del olvido.



29 de Agosto, 2014. Capital Federal (Buenos Aires, Argentina).

Querida madre: Sé que ya pasó mucho tiempo de nuestro último encuentro, y juro que ni siquiera haciendo voluntad me podría acordar de hace cuanto tiempo no nos vemos. Esto directamente vinculado con mi alzheimer ya desarrollado.
Recuerdo cuando me agarró el alzheimer, por suerte me zafé enseguida. ¡Cómo pasa el tiempo! Ya pasaron 5 años de los acontecimientos de ese hecho, ¿o eran 55? Bueno, por ahí. Yo estaba junto a Juana, ¡qué muchacha esa! No importa qué tan grave sea mi enfermedad, puedo recordar perfectamente, como si lo estuviera viviendo, el momento en que estaba en su casa -Situado en un barrio del Conurubano, era un hogar humilde que albergaba a su familia, perteneciente a una clase muy baja, el lugar consistía de dos ambientes y adentro convivían como 9 personas, de 1 metro 30 cada una (era una clase muy baja)- y ahí la invité a salir... No me quedaba otra, ya me estaba asfixiando dentro.
Claro, lo que sucede es que en esa época (y ésto va para el examen) las casas estaban hechas de rocas, bueno... Por lo menos esa si lo estaba, ¡no, no! En realidad todas. Era un decreto de un presidente, no me acuerdo como se llamaba... Jul-Julio Argentino Roca, caso inusual porque él nació Octubre. Además, era también bailarín de ballet... Sí, Julio Roca. Entre otras curiosidades que te puedo contar está que él era un aficionado a una corriente musical: La sonata barroca (aunque él también se permitía disfrutar del Rock&Roll), y que murió por diabetes, el desdichado consumió en menos de dos horas 50 litros de una línea de gaseosas que él mismo había fundado: Roca-Cola.
Dado este hecho tan autoritario de obligar a las personas a construír a base de rocas, había muchos debates en línea por esa época, aunque albergaban personas bastante desalineadas, desde futbolistas con equipos sin alineación, mujeres que abusaban del delineador, hombres que tejían con lineros ¡Y se hablaban por “Line”! Pero bueno, yo siempre pensé que estaba bien porque, en el entorno de la Guerra Fría, las piedras sinceramente brindaban cierto calorcito. Y además jurídicamente hablando, estaba entre los marcos legales.
Y esto me lleva a lo que me trae a escribirte, para no descarrilarse del eje, yo me dirigía a... A... ¡Ah! Bueno, mirá viejo, la cosa es así, obtuve por fin mi ansiado título, aunque siempre los profesores decían que el diploma no lo necesitaba para probar nada, que ya nací para ser un indiscutible abogado, porque no gano en ninguna discusión. Y entre los promocionados hicimos una fiesta, pero, al salir de ahí, olvidé... Olvidé... ¿Qué olvidé? ¡Me olvidé! ¡ME OLVIDÉ!... Me olvidé completamente la ubicación de mi departamento. Por lo que necesito que la respuesta a esta carta sea inmediata, porque ando varado en la calle, y también por otra cuestión que estoy pasando por alto... Ahhh, y... ¡Ay! Ahí hay unas anotaciones que debo llevar urgentemente a la sala de cirugía para poder realizar una operación debidamente. ¿Te imaginás todo el embrollo que se formaría a partir de una mala praxis? ¡Una vez estuve en una de esas situaciones embarazosas con mi compañera, Stephanie Praxis! ¡Qué mala esta Praxis! Yo siempre le digo al bich— le digo el dicho, cuando falla, “¡la tercera es la vencida!”, e insiste en pasarme la tercer jeringa. Cargamos con seis muertos ya, y no le podemos echar la culpa eternamente al calentamiento global, ¡se van a dar cuenta! No hay con qué darle, ya es un problema de la educación que le fue proporcionada, teniendo en cuenta que viene de una familia de gente tan acomodada, ¡cómo me indigna esa gente! No hay muchas personas que se ganen mi odio, pero a ellos lo tengo entre ceja y ceja... Si tan solo pudiese acordarme de quienes son.


No quiero quitarte más tiempo. Querido Faustino, amigo, espero que te mejores, que puedas continuar con el amor de tu vida, y que tu esposa no se entere. Espero vernos pronto ¿Eh? Yo necesito seguir acomodando mis muebles y decorando la casa. ¡Un abrazo enorme, feliz navidad y un próspero año nuevo!